lunes, 3 de noviembre de 2008

Concepción del Hombre


Marx, siguiendo el hilo argumentativo de Adam Smith, se pregunta porqué el hombre que es un ser egoísta por naturaleza, se relaciona con otros seres igualmente egoistas para lograr los fines personales.
Trabajar forma parte de la naturaleza del hombre. Pero en la sociedad capitalista, los trabajadores son enajenados de su fuerza de trabajo, al cobrar un salario por ella. Este es pagado por un capitalista, que cede el terreno y las herramientas necesarias para que el asalariado trabaje, para luego vender el producto de la labor a un determinado precio y obtener beneficio económico. Parte de esa ganancia va para el salario del trabajador, pero la mayor parte queda en manos del capitalista.
Esto demuestra, según Marx, que la sociedad está dada por las desigualdades sociales. Existe un trabajador o asalariado que vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario, y un capitalista que otorga al trabajador de los medios necesarios para que produzca bienes, y se queda con la mayor parte de la ganancia.
Esta relación la clasifica Marx como la infraestructura de la sociedad, osea, la base. Luego, en lo que sería la superestructura, se encuentran el conjunto de leyes y disposiciones gubernamentales que avalan dicha desigualdad.
Lo que este filósofo propone es vivir en una sociedad en la que ninguno tenga que enajenar su trabajo, y que todos obtengan el mismo beneficio. A esto lo llama Comunismo.
La hoz y el martillo son símbolos del comunismo adoptados por los partidos marxistas. En la imágen adjunta se muestran tal como aparecían en bandera de la Unión Soviética.